jueves, 3 de septiembre de 2015

Vacaciones en Cádiz

Me he quejado, lo sé, me he quejado hasta la extenuación. Pensaba que los planetas y el universo se habían alineado para que este verano estuviera en casa irremediablemente, que todos los planes que tenía se habían ido al garete. Tuve mi momento de fatalismo desbordante, prácticamente dos semanas encerrada en casa me habían hecho ver todo muy negro, demasiado. Y si no hubiera podido salir de casa ¿qué hubiera pasado? pues nada, ¿qué va a pasar? el año que viene lo hubiera cogido con más ganas.
Gracias a mi pronta recuperación (aún estoy en ello), lo mio me ha costado, me he pasado la tarde con el pie metido en la piscina moviéndolo para arriba y para abajo, ducha, zapatillas y ¡a caminar! Y gracias a mis amigos que no me los merezco he podido disfrutar una semana en la playa, en concreto en las playas de la provincia de Cádiz.

En Cádiz he estado varias veces, pero solo conocía la ciudad de Cádiz y la de Jerez de la Frontera, pero esta vez hemos realizado varias excursiones por la provincia.

La primera tarde la pasamos por Sanlúcar de Barrameda, nos lo pasamos genial, salió todo muy espontáneo, nos acercamos a la playa donde se realizan las carreras de caballos, y vimos los coches de caballos y dijimos: ¿por qué no? Fue la manera más sencilla de descubrir esta ciudad, y sobre todo para mi tobillo. Nos impresionaron sus calles, las bodegas de manzanilla, su plazas de albero, la plaza de toros, en fin, os animo a que descubráis sus calles.
Nos bajamos en el Hotel Guadalquivir para poder subir a la planta 11 para ver el atardecer con el Parque de Doñana a un extremo, el mar en calma, los veleros cruzando, una cervecita y la música chill out de fondo al ritmo de la puesta de sol.


Lo que no podía faltar en nuestra ruta era la comida, por supuesto aderezado con una copa de manzanilla que hace que las tortillitas de camarones y las ortiguillas potencien su sabor. En la plaza del Cabildo, en Casa Balbino os podéis deleitar con todos estos sabores, y no os olvidéis de probar los langostinos.


Las playas de Conil son imprescindibles de visitar si pasáis por la provincia, creo que no descubro nada nuevo diciendo esto porque en los últimos años el turismo por esta zona se ha intensificado, pero aún así, su arena fina y su longitud hacen que hasta el más sedentario se anime a dar un paseo por su orilla, sus aguas turquesas y si aguantáis un poco también se disfruta de una puesta de sol muy bonita.



Y de colofón estuvimos disfrutando del espectáculo "Como bailan los caballos andaluces" en la Real Escuela Andaluza de Arte Ecuestre. Los caballos a ritmo de música netamente española danzan ayudados de sus jinetes, con vestuario del siglo XVIII, en coreografías inspiradas de la doma clásica y vaquera y de otros trabajos de la equitación tradicional.
Nunca había asistido a un espectáculo de este tipo y me impresionó muy gratamente, es sorprendente como estos animales consiguen danzar al ritmo de la música.



¿Dónde habéis disfrutado vuestras vacaciones?


Una semana en Cantabria y los imprevistos de unas vacaciones


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