¡Qué bien vienen unas vacaciones de vez en cuando! pero de esas que no tienes muy claro si hacer o no¿Será mejor quedarme en casa?
No, sal, haz cosas diferentes, aprovecha todo ese tiempo libre que no sueles tener y que ansiamos durante todo el año.
Esta semana he estado en Cantabria, disfrutando de ese tiempo libre, y qué mejor que aprovecharlo en un entorno incomparable y si encima es con buena compañía ya se convierte en una experiencia incomparable.
He estado en un pueblo cerca de Cabezón de la Sal, Casar de Periedo, a 10 minutos de Torrelavega.
Se vive con tanta paz, sin ningún atisbo de estrés. Despertar, subir la persiana y descubrir un prado lleno de vacas pastando, unos montes llenos de nubes y rayos de sol atravesando, es una imagen que me produce una tranquilidad y una energía que no me pasa en la gran ciudad donde solo se ven coches y hormigón.
En esta semana he aprovechado para volver a visitar Comillas, me enamoró hace muchos años y lo ha vuelto a hacer, la playa, el puerto, sus calles empedradas, el majestuoso Seminario, El Capricho de Gaudí, tomar unas rabas que quitan el sentido, no puedo decir más que visitéis esta villa.
Además, he estado paseando por las playas de Oyambre, es muy extensa e ideal para pasear por ella, sentarse a leer un libro mientras escuchas el romper de las olas o simplemente echarte en la toalla y dormir una siesta de esas que sientan tan ricamente.
También os puedo contar que he estado en San Vicente de la Barquera, un bonito pueblo pescador, Santander. Llanes, pertenece a Asturias pero se encuentra muy cerca de donde estuve, tenía muchas ganas de visitarla, sobre todo por mi madre que lleva mucho tiempo recomendándomela y ahora lo entiendo, volveré no lo dudéis, quiero volver a ver su ría llena de barquitos y las galerías de sus casas.
